Máquinas de vapor y motores de gas en las haciendas henequeneras
La explotación industrial del agave en Yucatán se inició con el empleo de motores para impulsar las plantas desfibradoras. Como equipos de propulsión se usaron en un principio máquinas de vapor importadas de Inglaterra y los Estados Unidos; a éstas les siguieron motores de gas procedentes de Alemania, Inglaterra y Estados Unidos, algo más tarde motores diesel de diversas velocidades y finalmente motores eléctricos.
Algunas plantaciones, que habían comenzado con la fabricación de fibras antes del año 1900 o poco después del cambio de siglo y que siguieron operando en los años setenta y ochenta del siglo XX, recorrieron todas las etapas de esta secuencia.
Sin embargo, esto fue el caso de tan solo unas pocas empresas, ya que la mayoría de las cerca de 1,100 desfibradoras de henequén, que existieron alrededor del año 1920, a partir de los años treinta fueron abandonadas sucesivamente a consecuencia de la reforma agraria, el establecimiento del monopolio de CORDEMEX (1964-1991) y finalmente la propagación de la fibra sintética. En la actualidad acaso siga operando todavía una docena de plantaciones.
Por tal motivo, en la Península hoy en día se han vuelto escasos los vestigios de la agroindustria del pasado, con excepción de algunas construcciones en ruinas, casas principales restauradas y las ubicuas altas chimeneas de la era de las máquinas de vapor. Lo anterior se aplica especialmente a remanentes de máquinas de vapor y motores de gas, a los que está dedicada la presente documentación fotográfica. Las fotos fueron tomadas entre 1980 y 2011.
Traducción del alemán: Edda Webels