Vestigios de las haciendas henequeneras de Yucatán (siglo XIX y XX)
La demanda masiva de cordeles que se podían fabricar económicamente a partir de la fibra del agave desencadenó alrededor de 1880 un auge en la península de Yucatán que derivó en el surgimiento de un monocultivo agroindustrial. El intento de mantener alto el precio de exportación mediante restricciones cuantitativas, la liquidación de las grandes plantaciones durante la Revolución mexicana (1911-1940) y las fibras sintéticas disponibles desde finales de la década de los 50 del siglo pasado dieron lugar a que de las 850 plantas desfibradoras existentes en torno al año 1916 actualmente funcionen sólo cerca de una docena.
Casi todas las instalaciones industriales y muchas casas principales están hoy en día en ruinas, situación a la cual contribuyeron finalmente también tres huracanes en los años 1988, 1989 y 2002. Desde entonces, algunas de las casas principales fueron restauradas y convertidas en hoteles de lujo, otras encontraron compradores adinerados que las convirtieron en residencias adaptadas según sus preferencias. Esto no siempre fue un logro en cuanto a la conservación de las formas históricas. Los restos de unidades motrices como máquinas de vapor, motores de gas pobre o motores Diesel de la primera época han desaparecido casi por completo. Las imágenes de sus remanentes deberían guardarse como testimonios de la era del «oro verde. Quizás contribuyan de esta forma a la conservación de los mismos.
Traducción del alemán: Edda Webels